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18 »Tú, que habitas en Dibón:
    desciende de tu lugar de honor
    y siéntate en el sequedal,
porque el destructor de Moab te ataca
    y destruye tus fortificaciones.
19 Tú, que habitas en Aroer,
    párate a la vera del camino, y observa;
pregunta a los que huyen, hombres y mujeres:
    “¿Qué es lo que ha sucedido?”
20 Moab está humillado;
    ha sido destrozado.
¡Gemid y clamad!
    ¡Anunciad por el río Arnón
    que Moab ha sido devastado!

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